jueves, 12 de marzo de 2009

Dolió


Hay algo más triste que ver a quien fuera una célebre figura ochentosa para toda una generación, convertido en la imagen de un horno eléctrico de TeVe Compras? Definitivamente no.
Tuve que refregarme los ojos y volver a mirar detenidamente para constatar que no fuera una ilusión óptica por las horas frente al monitor, y para mi estupor no había margen de error. Era el mismísimo Mario Baracus!!!! Cómo puede ser???!!!!!!!!!!! Verlo ahí, sin sus collares, sin su camioneta, totalmente desprotegido en esa caja, me dio mucha pena. Y bronca. Porque yo tenía otro recuerdo. Lo había eternizado como Mr. T, fuerte, joven, negro carbón, con el cargador lleno de balas rodeando su cuerpo. Imponente.
Y ahora, mírenlo…con cara de viejo bueno, haciéndose el chef. Qué voy a hacer yo con mis recuerdos que fueron desplazados por esta realidad aterradora? JAMÁS imaginé a Mario Baracus cocinero! Usando delantal, en lugar de quinientas ametralladoras que hacían volar todo, pero que ni los malos morían.
Mario, Mario…qué habrás hecho para terminar así? Eh, picarón?
Sí, entiendo que la fama es efímera, que la vida sigue su cauce y hay que comer… y que eso debe ser mejor que nada, pero había necesidad de exponerse a tanto?
Bueno, está bien, te perdono. Por los buenos momentos. Por la cresta eterna. Por soportar tanto peso en el cuello. Y Sólo por esta vez.

Fer (melancólica)

3 comentarios:

  1. Morirse joven le ahorra a los demás la triste imagen de la decadencia de quienes fueron celebridades. Ta bien, es mejor vivir muchos años y disfrutarlos a pleno, pero en los demás se desdibujará el recuerdo de los años fantásticos. La magia, al tacho de la basura.
    ¿Elvis está vivo? No, y será mejor así: no le haría nada bien al rock & roll las andanzas de un viejo barrigón, caricatura de sí mismo, haciendo patéticas contorsiones en shows en los que los espectadores le pidan una y otra vez el Rock de la cárcel.
    Si la muerte nos arrebató trágicamente a Carlos Gardel, quizá le hizo un favor. Un vejete sin voz dando pena por clubes de barrio no hubiera sido el mejor final para el mejor cantante de la historia. La decadencia es implacable con los grandes.
    Y Marilyn Monroe andaría hoy levantándose la falta dejando a la vista un impresentable catálogo de arrugas y celulitis... o peor: un muestrario de cirugías para mantenerse joven, algo que nunca resulta.
    Pero se fueron antes de desvirtuar su recuerdo. La muerte los congeló. Elvis seguirá siendo el número uno del rock, un seductor imparable al que nadie logrará imitar. Carlitos cada día canta mejor, porque su voz nunca se deteriorará... Su sonrisa tampoco. Y Marilyn mantendrá por siempre esas curvas perfectas, como un ícono puro del mejor erotismo.

    El sacrificio es grande, nada menos que la muerte. Por eso no podemos exigirle semejante arrojo a nuestros ídolos de la infancia y la adolescencia. Perdonémosle a Mr. T esta omisión... Al fin y al cabo, a lo mejor una de sus recetas en el FlavorWave nos puede regalar un buen momento, aunque no tenga el sabor incomparable de ese Mario Barackus haciéndonos creer que los forzudos también podían estar del lados de los buenos...

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  2. Pensar que ahora se está por filmar la película de Brigada A. ¿Lo llamarán a Mister T, a Murdoc? Hay tantos héroes que terminaron igual. ¿No se acuerdan de Erik Estrada, el de Chip´s que tanmbién terminó haciendo publicidades de cuarta categoría? Es lo que hay!!!

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  3. capaz, sin nosotros saberlo, Mister T. es un excelente cocinero. Miren si los próximos meses desembarca en Utilísima Satelital o el Gourmet para enseñarnos a cocinar. ¿Su especialidad será lo salado o lo dulce? Aguante Brtigada A!!!!!!!!!

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