miércoles, 29 de abril de 2009

Amores Perros (en el día del Animal)


En extrema solidaridad con el mejor amigo del hombre, es que escribo esta Crónica. Como ellos no pueden hablar en un idioma humanamente comprensible, me transformo en su voz para denunciar públicamente a los paseadores de perros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Puntualmente, a los que se juntan en la Plaza de Tribunales a charlar con otros paseadores, mientras los pobres caninos ladran hasta el hartazgo aturdiendo a cuanto peatón pase por ahí.
A mi también me resulta insoportable ese sonido monosílabo, pero los comprendo. Les vendieron fruta podrida. A ellos les dijeron: a partir de mañana vas a salir a pasear, a caminar, vas a gastar energías, ya que este semipiso será divino, pero no tiene ni pasto sintético para engañarte. Hasta ahí todo muy lindo. Ellos habrán esperado ese día con ansia y expectativas, pero se encontraron con la desgracia de ser “paseados” por estos insensibles que los hacen caminar unas pocas cuadras, todos atados, chocándose unos con otros, y una vez que llegan a la plaza, que se olviden de estar sueltos.
Los atan a la reja y ahí los dejan, hasta que pase la hora que cobraron y vuelvan al encierro de sus departamentos.
Ahora bien, mi duda es la siguiente: los dueños de esos perros, no dicen nada???!!!! Ése es el trato? Te pago para que me traslades de lugar a la mascota?
Que ya mismo se haga presente algún organismo de Defensa al Animal!! Acá hay perro encerrado!!!! Encadenado! En manos de corazones de hojalatas. Así cualquiera se gana la vida, tomando sol, fumando y haciendo sociales!
Si nadie toma cartas en el asunto, me veré en la obligación de atar a estos muchachos a los árboles con las propias correas de los perros que pasean, para que sientan en carne propia lo horrible que debe ser querer hacer medio metro y sentir la limitación de algo que te aprieta bien fuerte el cuello.
Guau! Guau! Guauuuuuuuuuu!!!!!!No por favor, no me lo agradezcan! Ha sido un placer.

Fer (imparable)

martes, 28 de abril de 2009

Suena Tremendoooo!


Me siento una ficha de tetris. El transporte público está tan colapsado que uno va encajando como puede, en el lugar que cae, que generalmente es incómodo.
Trenes demorados, subtes en huelga, colas interminables de autos que van a paso de hombre, taxis caros, aviones inseguros…caos.
Si a todo eso le sumamos la falta de monedas, el dengue, las elecciones, los hijos de Lugo, la gripe porcina y la locura colectiva, puede llegar a ser un combo de alto voltaje. Y de explotar, los efectos expansivos serían impensados.
Sin embargo, todavía cantamos / todavía reímos / todavía soñamos / todavía esperamos, que nos digan a dónde han escondido las monedas / por que no fumigaron como debieron laralararalalalaaa. Insostenible.
Y con respecto al dengue, enfermedad tercermundista si las hay, hago un comentario breve, pero no puedo no hacerlo. Llevé a mi nena a la Clínica San Lucas por un cuadro de gastroenteritis, pero con síntomas del mosquito malo. Le preguntamos a la doctora, para quedarnos tranquilos, si podía llegar a ser dengue. Y en un tono muuuuy sanisidrense y con una sonrisa nos dice “no, chicos, ustedes viajaron?, porque eso vienen de ashá, de esas zonas, vieron? De los lugares que ya conocemos”. Me indignó. Porque sorry gorda, pero ayer hubo un caso de dengue en Zona Norte y más precisamente en Shan Ishidro, por si no lo sabías. Y peor me puse cuando mi cuñada me contó que con el pediatra de mi sobrinito le pasó lo mismo, pero éste en vos baja, le dijo “quedate tranquila, que eso pasa en otros lugares, donde hay gente carenciada…acá no”.
O sea, si algunos médicos están adoptando esa postura, qué nos queda, no?
Retomando la sensación nada divertida de sentirme una ficha, agrego que también me pasa lo mismo cuando hago la cola en los bancos, sólo que esta vez es un quilombete organizado, uno atrás del otro, y no vayas a querer hacerte el loco y pasar a preguntar algo, porque te linchan. Y ya que estamos en tema, le haría una corrección al slogan de Pago Fácil “Entrás, pagás (esperás, esperás, esperás, y esperás) y te vas. Asi sería más digna la espera, lo otro, es una burla.
De los hijos de Lugo no voy a hablar, porque temo que quede desactualizado el número, ya que cada una hora aparece uno nuevo. Ahora la noticia es que haya alguna paraguaya que no haya tenido nada que ver con este Señor.
De las elecciones tampoco hago mención, ya que el pingüino anda haciéndose el misterioso, mientras tranza con uno y con otro, de acuerdo a su conveniencia.
Que vuelva Carloooo??? Nooooooooooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! (toquémonos cada uno lo suyo para espantar la mufa). Mejor que vuelva el frío para que el Aedes aegypti y toda su parentela se mueran de una vez por todas!

Fer (tremenda)

viernes, 24 de abril de 2009

Así, no!


Hay varios motivos por los cuales casi no veo televisión. El primero –y fundamental- es la falta de tiempo, el segundo, la falta de algo que valga la pena ver y el tercero –no menos importante- la falta de una buena imagen (un problemita técnico de la antena).
Entonces, para estar un poco al tanto de lo que pasa fuera de mi burbuja, opté por leer los diarios en Internet. Y me encontré con que las publicidades en la web, son peores que en la televisión. Porque estás muy concentrada leyendo equis noticia y zas! Te aparece un “banner” de un limpiador antigrasa. Voy al derecho a la cruz que hay arriba de la imagen, para que ésta desaparezca, pero lo hace sólo por un rato, para luego volver a molestar. Como si se tratara de un chiste.
A pesar del fastidio, sigo leyendo, pero esta vez, sin querer muevo el mouse y un auto 0k me atropella diciéndome que yo también lo puedo tener, sólo tengo que ir a la concesionaria más cercana a mi domicilio para que sea mío (¿¿???).
Miren que yo hago el intento, le pongo garra, pero no hay caso. Me desconcentro. O mejor dicho, me desconcentran. Ellas, las cotizadas publicidades, no me permiten focalizar en lo importante. En lo que a mí de verdad me interesa.
Pero son tan codiciadas que no sólo son inimputables, sino que además, son la vedette estrella de cualquier medio. Yo comprendo y hasta puedo llegar a solidarizarme con la idea de que sin ellas, no hay nada que pueda llevarse a cabo. Pero, ojo al piojo, señores empresarios, hagan uso pero no abuso! En definitiva, vemos más publicidad que contenido (ahí me salió la intelectual que nunca falta en este tipo de debate).
He tenido mi fugaz paso por una productora de publicidad (que se creían que hacían cine) y sé que es un rubro que mueve mucho dinero. Y que de eso vive mucha gente. No es un complot, en absoluto. Sólo pido poder leer una nota sin que el Dr. que baila tap quiera hacerme bajar de peso, ó una conocida y cara cadena de supermercado me ofrezca hacer las compras de forma virtual, sin que una compañía de teléfonos celulares me invite a tener mi primer mascota virtual, sin, sin, sin…será mucho pedir??? Bueno, está bien. Perdí. Vuelvo a mi burbuja.

Fer (anticonsumista)

martes, 21 de abril de 2009

Que no se corteeeeeeee!!!!!


Reencuentro de aquí, reencuentro de allá. De la primaria, de la secundaria, de la facultad, de ex compañeros de trabajo. Estoy HARTA de esta farsa de los reencuentros organizados. Fingiendo complicidad cuando ya no hay ningún hilo que una a esas personas, sólo la hilacha de años pasados, que tan atrás quedaron.
Pero ahora resulta que son todos amigos, todos re amigos entrañables, que dejaron de verse no por decisión propia, sino por mero capricho del destino.
Por lo que se, de muy buena fuente, estos “reencuentros” tienen como único objetivo, mayormente para quienes están casados o en pareja (y más aun cuando tienen hijos), PIRATEAR. Si, como leyeron. Y que alguien venga a decirme que no.
Usan como excusa el volver a verse para huir de sus hogares y creer que todavía tienen dieciocho años y están preparando el viaje de egresados. Y acá no hay discriminación entre sexos. Tantos hombres como mujeres usan esta nueva técnica salvadora de sacarse el anillo carcelero y vivir una noche de soltero.
No sólo aprovechan esta única ocasión del reencuentro, sino, que proponen que sean mensuales!!!! Pero esto no significa que vaya a ser así, sino que será una oportunidad para los más osados, de hacerles creer a sus parejas que están reunidos con el gordo tal, con el colo (siempre hay un colo en el curso), con pirulita, con fulanito, cuando en verdad andan haciendo de las suyas por ahí. En definitiva, el “reencuentro” es la víctima, usado por viles motivos.
Yo, que estoy a punto de pasar por esa experiencia, digo, la de soportar que mi marido se reencuentre con sus compañeros de la primaria, tuve la obligación moral de advertirle este descubrimiento tan bien fundamentado. Le dije, todo bien, vos andá tranquilo, pero lo que él no sabe (bueno, ahora si) es que voy a insertar una microcámara en su anteojo y ahí voy a obtener el registro perfecto de lo que acontezca. No por él, oooobviooo, sino para demostrar que mi teoría es absolutamente cierta. Van a quedar todos escrachados, rogándome no subir nada comprometedor a la web. Llegado el caso, evaluaré cada situación en particular y tomaré una determinación. Extorsión? Para nada. Sólo es una lección. Para que aprendan. Para poner en alerta a la sociedad toda a cerca de este peligro inminente de cuernos. Para que todos podamos pasar por la puerta sin chocarnos. Al fin y al cabo, es sólo una obra de bien.

Fer (Por un argentino derecho y humano!)

miércoles, 15 de abril de 2009

Nos vamos poniendo viejos


La miré como quien mira lo inevitable. Resignada.
Le perdoné la vida sólo por miedo a que la venganza se multiplique por siete. Pero ella parecía no inquietarse, instalada con total sentido de propiedad en mi flequillo recién cortado.
Ahí caí, sin escalas, en la cuenta de que los treinta están comenzando a dar señales amenazantes de que pronto llegarán. Para que no diga que no me avisaron.
Y no es que el paso del tiempo me atormente (o tal vez si), pero creo que son éstas, las cifras seguidas de cero las que marcan un quiebre en nuestros días. Las que llaman a pararnos dos segundos al menos y preguntarnos qué hicimos hasta ahora. No soy partidaria de balances, me aburren, sólo digo que las décadas mueven a la reflexión inevitablemente.
Pero para qué hacerme problema por adelantado. Por ahora lo único que me inquieta es esa cana maldita que no logro camuflar con el resto del pelo, porque está empecinada en dejarse ver, orgullosa de diferenciarse del resto. Cómo la odio. Por “su” culpa ahora me paso el día pensando qué color de tintura me quedaría mejor. Y es una decisión más difícil de lo que uno cree. Hay ochocientos mil millones de tonos, todos mentirosos, que jamás coincide el resultado con el que muestra la foto de la caja. Puros engaños capilares.
Porque, por ejemplo, el castaño claro ceniza profundo irisado (¿?), que en el catálogo figura con el número 6.52, queda espléndido en el pelo de la modelo, pero estoy segura de que si me lo hago, quedaría de un tono verdoso amarillento, tipo pasto seco.
Y andá a quejarte al centro de defensa del consumidor.
La otra es ponerme en manos de coloristas profesionales que de acuerdo a mi tipo de piel, corte de cara, posición de los astros y nivel de energía cósmica, me dirán qué tono es el más acertado. Pero seguramente salga de la peluquería dejando como promesa de pago, mi anillo de casada. Y tampoco es la cuestión.
Creo que lo más conveniente será hacer las pases, dejar de mirarla con tanto recelo, o tal vez ignorarla para restarle importancia.
Si total, por ahora, el castaño le gana por goleada.

Fer (no doy la edad que tengo, no que no???)

martes, 7 de abril de 2009

Es al ladoooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!


Hola? Si, ATFA? No, es al lado, oficina 13, pero igual te abro. Gracias!, de nada.
Hola? ATFA? No, es al lado, oficina 13. Gracias!
Hola? ATFA? Es al lado.
Hola? ATFA? Directamente les corto el portero.
Esto sucederá unas…tres, cuatro veces por día, todos los días. Tenemos la desgracia de estar pegados a la oficina de la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino y de que la gente esté cada día un poco más idiota.
Ustedes dirán, estará mal señalizado? NO. Hay un cartel que dice bien clarito: ATFA OFICINA 13. Pero no hay caso, che. La gente no lee, no presta atención, no le importa. Ellos llegan sin más, tocan el timbre y pretenden que uno les abra. Una, dos, hasta tres veces te diría que lo dejo pasar, pero superado ese límite de tolerancia, les aseguro que dan ganas de bajar con una lupa bien grande, agarrarlos de los pelos y preguntarles: QUÉ NÚMERO ES ESE???? 13? BUENO, YO ESTOY EN LA OFICINA 12, ENTONCES…POR QUÉ TOCAS EL TIMBRE 12 SI TENES QUE TOCAR EL 13??????.
Me violenté, si, lo reconozco, pero no es para menos. Un segundo que me recupero…. Es como el que llama equivocado, uno le dice con qué número quiere hablar?, no, se equivocó, no es acá. Y la persona del otro lado, insiste e insiste. Llega un momento que la amabilidad del principio, se transforma en molestia, después en fastidio y finalmente en ira.
O los que tocan el timbre a cualquier hora de cualquier día sin importarles nada de nada, cuando ya tantas veces le dijimos que muchas gracias, pero que no nos interesaba.
O como los vendedores ambulantes que nos dejan lo que sea que vendan sobre las piernas, sin percibir siquiera nuestro no gracias.
No es todo eso una gran falta de respeto hacia el otro? No me caben dudas que sí lo es, pero en lugar de enojarme estoy tratando de ponerme en conexión con la naturaleza y su entorno, respirar profundo, tomar aire por nariz, exhalar por boca. Visualizo colores, azules, amarillos, naranjas… giro el cuello para un lado y para el otro. Aflojo hombros.
Ahora si, cuánto mejor me siento.
Hola? ATFA? No, no es acá, pero tocá el timbre número 13 y te van a abrir. No, de nada. Falataba más.
Con qué número quiere hablar? No, señor, equivocado. No es nada.
Hola, si? No, te agradezco, no me interesa. Bueno, te recibo el papelito para leerlo. Que Dios la bendiga. Igualmente.
Esteee, no, no quiero una caja de curitas. No, tampoco hebillas invisibles, ni lapiceras de colores. A ver, esperá; dejame este paquete de pañuelitos descartables que me vienen bárbaro.

Fer (comprensiva)