viernes, 30 de septiembre de 2011

The Others







Recibir boletas para pagar no es nada agradable y menos aún, enterarte por ese medio, que tu marido tiene otra. Así, como lo leen, OTRA. Al principio me impactó, me paralizó. Luego, pensé…HACE CUÁNTO????!!!! Cómo era posible que ARBA lo supiera y YO no? De no creer… tan ciega estuve todo este tiempo que ni siquiera pude hacer esta misma observación con la boleta anterior? O es que mis ojos me hicieron el favor de no ver para evitarme este puñal en el corazón? Como sea, ya está, evítense la molestia bolitas marrones que nunca llegaron a ser verdes (maldición!), otros sentidos me alertaron, y lo sé TODO. Seguramente hasta haya complicidad de parte de mi suegra y cuñadas, ya que figura la dirección de ellas en la factura. Toda una familia política complotada en mi contra! Suena tremendo (…con este ritmo loco/suena tremendo)




Todavía no le dije nada al señor Federico Wolski, quien deberá escucharme sin decir ni mu, chita la boca, se me calla inmediatamente. Ni un bocado le voy a dejar meter, para ahorrarle saliva y excusas. Pero por favor! A mí? A mí??!!! Que le he dado todo, todo, todo…




Ah, no te puedo creer que en ese todo entra mi cincuenta por ciento del auto y que para la Agencia de Recaudación de Buenos Aires yo soy la OTRA? Menos mal que se me ocurrió llamar al 0800-ARBA antes de hablar con el divino de Fede, porque además de no cobrarme la llamada, me ahorraron un problemón.







Fer (ARriBA el ánimo)

martes, 27 de septiembre de 2011

Kokedama


Estaba feliz con mi nueva compañera de trabajo, linda, simple, aunque demasiado callada para mi gusto, por no decir muda.

Tenía un papel colgado con algunas recomendaciones, todas buena onda; venía a dedicarse a hacerme compañía sin cargas pesadas. Una genia.

A cambio, sólo pedía que el ambiente sea feliz y que cada diez días pasara por agua fría su base de musgo por unos segundos y la pusiera de vuelta a su piedra.

Su nombre era (maldito verbo en pasado!) KOKEDAMA y a mí me había encantado, tan original…

Ahora estoy atrincherada en la oficina, esperando a la fuerza policial que llegue de un momento a otro… Kokedama está muerta! caput! finiquitada! Pero juro que yo no hice más que cuidarla, siempre siguiendo las recomendaciones que ella traía consigo! La miro, la miro, y pienso en lo efímera que fue su vida y en el verso del local naturista donde la compraron, porque ellos deben saber muy bien que no duran más de dos o tres días. Insensibles. Cómo pude no darme cuenta de que es casi imposible que un ser vivo pueda subsistir con agua cada diez días, dentro de un musgo y apoyada sobre una piedra!

Perdón Kokedama, ahora usaré tu piedra para sujetar papeles. Es el ciclo de la vida.

Fer (hay que reciclar)