jueves, 31 de mayo de 2012

El más romántico


Si no hubiese sido porque me llamó, aún estaría durmiendo. La alarma del celular nunca sonó. Y nunca iba a hacerlo, porque Matías lo llenó de baba y un golpe fatal terminó por acabar con su vida electrónica. Fede lo revivió, luego de desarmarlo íntegro y yo nunca configuré la fecha y la hora. Jamás iba a sonar a las 6.15 como estaba programado porque  la pantalla indicaba 20.35. De eso me di cuenta después.

Me vestí  apurada, levanté a los nenes, luché contra el sueño de Lari que todas las mañanas le hace la vida imposible y llamé al remis.

Mi acelere de microcentro, no combinaba con la paz del barrio, que aún no había amanecido. Subimos al auto y todo cambió por completo. El remisero, de ahora en más “DJ Remix”, me dijo un buen día con una sonrisa amplia y generosa, subió el cochecito con esa misma sonrisa (cosa rarísima en el rubro) y emprendimos el viaje a pura música. Sonaba David Bisbal “Herederos de no sé qué” y DJ Remix cantaba como si estuviese solo, o mejor aún, como si estuviese con el mismísimo David, cantando a coro en el Luna Park.  Magnífico. Lara me miraba, con carita de pícara, como diciendo “mamá, no sabía que el viaje al cole incluía recital” y Mati aplaudía feliz a DJ Remix, o eso supuse yo, porque aplaudir aplaudía y después de todo, nosotros éramos su único público en cuerpo presente.

Hicimos la primera parada en el cole de Lara, me dejó justo en la puerta y camino al jardín de Mati pintaron los ritmos latinos;  ahí me di cuenta no sólo de que  cantaba, sino que además, subía y bajaba los hombros, único movimiento posible en posición de manejo. Un grande.

Cuando llegamos a destino, bajó el cochecito hasta la puerta del jardín y se fue bailando hacia el auto. Ídolo absoluto.

Al final, el viaje me salió una ganga… en dónde vas a pagar treinta pesos para que te lleven de un lado a otro, con espera incluida y encima te brinden un show, amateur, sí, pero sorprendentemente revitalizante?  

De todas maneras,  agradecí haberme bajado antes que llegase la tanta del heavy metal.



Fer (ohh yeahhhhhhhhhhhhhhh)

viernes, 18 de mayo de 2012

Arroz con leche


Sólo los que preferimos morir, a vivir sin arroz con leche, sabemos lo que significa hacer una promesa que tenga que ver con la abstinencia de este cáliz de salvación.
Durante un año, con todos sus días y sus noches y sus domingos de sobremesa y sus sábados aburridos y sus hojas amarillas y sus pimpollos en flor y su frío insoportable y su calor agobiante y todísimas sus lunas, yo viví sin probar bocado de eso que para mí, es pura vida: El arroz con leche.
Todos, alguna vez, prometimos algo frente a alguna situación límite, y yo no tuve mejor idea que prometer algo casi imposible. Valía la pena el intento… mi papá estaba internado con una infección pulmonar y lo único que quería en la vida era volver a verlo bien, subido al camión, haciendo embroncar a sus nietos y dando órdenes a su harén de mujeres, que tan sabiamente Dios le concedió.
Entonces pensé que si no tenía a mi papá conmigo, ningún arroz con leche iba a ser rico, ni iba a tener la canela justa, ni el punto exacto de hervor de la leche, ni el sabor de la infancia, ni nada parecido a la felicidad.
Me costó mucho sobrevivir a esa experiencia. No faltó quien hizo una tremenda olla y puso a prueba toda mi integridad. Pero no, mi papá ya había vuelto al ruedo, con su infinito amor, su malhumor, sus viajes y su cansancio. Y lo menos que podía hacer, aunque suene una pavada, aunque sepa fervientemente que Dios no necesita de esas cosas,  aunque todos los aunques del mundo, lo que menos podía hacer yo, era no comer arroz con leche.
Hoy, que ya he pasado airosa la prueba, que ya entendí otras cuestiones, que tengo la tranquilidad de estar en manos de Dios y saber que nada es imposible para Él; además de darme una panzada de arroz con leche, hecho con arroz doble carolina y lleno de canela en rama, voy a darle infinitamente las gracias por tanta generosidad.

Fer (la canción de arroz con leche/me quiero casar/con una señoritA de San Nicolás/ es un avance para la época. Hablaba sobre una viudita que se quería casarse con una señorita. Digo…todo tiene que ver con todo, o no?)