jueves, 29 de octubre de 2009

Quiero vale 4! (Feliz Aniversario mi amor)




Sos mi columna vertebral; que a veces me hace doler, acá, al costado y tengo que estirarme para que pase. Pero me sostiene. Todo el tiempo. Y se alivia con masajes amateurs pero eficaces.
Sos la suma exacta de mis sentidos. El culpable de mis contradicciones y compañero infatigable de mis delirios.
Sos lo obvio y lo impredecible. El mejor de mis caprichos.
Sos el único causante de mi mal humor matutino, cuando amanezco destapada y vos dormido. Pero no puedo reprocharte nada corazón, así se te ve tan lindo.
Sos mi certeza y mi incertidumbre, con vos no le temo al frío.
Sos el egoísmo hecho hombre, cuando comés algo rico sin aviso. Y te descubro en ese último instante, cuando ya no existe un “te convido”.
Sos el padre de mi hija, mi héroe cuando lográs calmarla de un grito. Mi voz no tiene voto, ni autoridad, ni nada parecido. Pasa desapercibida, cómplice total de sus berrinches, sus llantos, su carita de sueño fregándose los ojitos.
Sos honesto, transparente, buen amigo de tus amigos. Perseverante como pocos, gruñón, racional y compresivo.
Gracias por haberme encontrado, porque sé que me buscaste largo rato en tus latidos. Por insistirme, sin cansancio, hasta lograr tu objetivo. Que se convirtió en mi insomnio, cuando ya lo creía todo perdido. Gracias amor de mi vida, por ser mi nido.

Te amo, infinitamente y por siempre.

Fer ( Bebi, para vos)

miércoles, 28 de octubre de 2009

Estoy perdiendo imagen a tu lado


Largo rato anduve rumiando con mi conciencia para decidir si esta verdad, tan inocente como tremenda, salía por fin a la luz. Después de una larguísima charla con mis recuerdos, que se me antojaron caprichosos, de idas y venidas, el veredicto fue rotundo. Tengo que compartir esta carga y contarle al mundo lo que fui. Sin pudores ni orgullo. A cara lavada y sincera.
Fui, queridos míos, presidenta del Fans Club de Emanuel Ortega. Uff, lo dije. Se siente liberador. FUI PRESIDENTA DEL FANS CLUB DE EMANUEL ORTEGA. Genial. Con mayúscula me gustó más.
Junto a mi entrañable amiga de la infancia y primera adolescencia, Eliana, colorada, divertida y muy inteligente, decidimos un día de verano, entre risas y ocurrencias, formar un Club de Fans. No sabíamos quién sería el destinatario. Se nos ocurrió hacer uno de un tal Nacho, del programa “Jugate Conmigo”, pero nos dijeron que ya existía uno. Y pensamos en ese chico flaquito, muy rubio lacio y lleno de granos que cantaba hagámoslo de una vez/de una vez, que nos parecía hermoso.
Llamamos a la radio, hablamos con Daisy May Queen en vivo y en directo (guauuuu!) y sin nada armado, dimos el teléfono de la casa de Eliana al aire, dispuestas a hacer socias a quienes lo quisieran. El teléfono no paró, literalmente, de sonar. El padre de Eliana estuvo a punto de llamar al 114 porque no podía comunicarse con su familia y temía un desperfecto en la línea, pero no, eran todas las admiradoras escondidas de ese tal Emanuel Ortega que salían a la luz. Afiliamos al barrio entero, cual censo casa por casa, donde hubiese una adolescente (y no tanto) entusiasta a enrolarse en la causa.
Asi fue como en un par de meses, contábamos con más de trescientas socias y el Fans Club era decretado, junto con otros 6, Oficial. Eso nos daba ciertas ventajas y más responsabilidad. Nos regalaban entradas de sus recitales para sortear entre las socias, nos informaban antes que a nadie los futuros conciertos, viajes y demás eventos sociales en los que nuestro chico (blond) se vería involucrado. Decretamos que nuestra madrina sería Julieta Ortega (y creo que ella nunca se enteró). Pero ofició como tal en nuestras tantas guardias en su casa de Recoleta.
Eliana tenía la ventaja de ser la mayor de cuatro hermanos; yo la desventaja de ser casi la menor de 5. Eso significaba que no me dejaban ir a ningún lado sola. Por lo que toda la familia padeció mi fanatismo inexplicable. Hasta Fede, que en ese momento no era ni mi novio, sumaba puntos para acompañarme a cuanta radio, programa de televisión o lugar estuviera el hijo de Palito ex changuito cañero (y actual acompañante terapéutico de famosos en rehabilitación).
El tiempo pasó, crecimos y un día nos levantamos y decidimos, de forma unánime, que ya no nos gustaba más. Tenía demasiado acné. Mucha cara de boludo. Y muy flaco.
Discrimiación? Si, absolutamente. Transferimos nuestras socias a otro Club de Fans, previo aviso a cada una de ellas, como corresponde. Asentamos en Actas la disolución (créase o no: mi madre, como buena abogada, nos hacía llevar un acta de reuniones) y pusimos fin a esa ocurrencia. Nuestros rumbos, a partir de entonces, tomaron caminos distintos, pero siempre, siempre voy a recordar esos años como los más divertidos de mi vida.
Eliana querida, para vos va esta Crónica, con todo mi amor.


Fer (y dicen que la primera presidente mujer fue Cristina K!!!!, pero por favor!)

lunes, 19 de octubre de 2009

Los siete enanitos

Uno más lindo que el otro. Juntos, forman una escalera perfecta, y debe haber nueve meses de diferencia entre cada uno de ellos.
La mamá también es bonita, joven y de ojos muy verdes, como sus siete hijos.
Todas las tardes están en el mismo lugar, pidiendo lo que sea porque se ve que no tienen nada de nada.
“Se nos quemó la casa y perdimos lo poco que teníamos”, me dijo ella en un tono sin alteraciones, porque seguramente repetirá esa misma frase cientos de veces por día.
Pero en mi causó un efecto inmediato de tristeza.
Perder todo, literalmente todo, debe ser desolador. Y miré a esos nenes pobres pero cuidados, abrigados, y a juzgar por las apariencias, bien alimentados. E imaginé a esa mujer prolífera como una buena madre. Ella pedía, mientras los nenes jugaban ahí cerca, mientras los más grandes cuidaban a los más chicos.
Esa postal debe repetirse infinidad de veces por todas partes, no sólo en el conurbano bonaerense o en el Chaco. En cada rincón de la ciudad se ven más y más pobres. Y ser pobre duele. Estar al costado del camino viendo cómo todo pasa, duele. Como duele la panza cuando hay hambre. O el cuerpo entero, cuando hace frío.
Y es ahí cuando me pregunto si existe una “pobreza digna”. Y me animo a decir que no. La pobreza no es digna, porque indigna. No debería existir. Con una buena política de Acción Social, con inclusión para los sectores desfavorecidos, con planes de alfabetización, con voluntad política de querer cambiar las cosas. Con voluntad social. Con indignación. Porque no podemos permitir que un niño más muera por HAMBRE. Eso es lo que tiene que rebelarnos como sociedad, y llevarnos a la acción. Sin esperar algo de parte del Estado ausente y nefasto que tenemos. Ellos no van a hacer nada. Entonces… dejamos que estas criaturas sigan en esas condiciones? Podemos seguir permitiendo que muchos de ellos no lleguen al año de vida? No, por supuesto que no. Conozco gente que hace mucho por el prójimo. Pero hacen falta más almas dispuestas a erradicar la miseria. Y se puede. No es una utopía. Sería más fácil si quienes tienen las herramientas presupuestarias destinaran más fondos para todo lo mencionado anteriormente. Pero aún sin esos recursos, con esa indiferencia fatal, aún así se pueden lograr grandes avances. Si cada uno de nosotros nos lo proponemos, desde nuestra inmensa pequeñez, sumándonos como sociedad, actuando como un gran equipo con un mismo objetivo.
Suena lindo, no? Ahora, a seguir haciendo. O a comenzar a hacer.

Fer

Si tenés ropa en buen estado o cualquier otra cosa que quieras donar y no sepas a qué lugar, avisame que estoy pensando en armarme un localcito de feria americana.

No, ahora va en serio: avisame que la paso a buscar y la hago llegar a quienes más necesitados estén. Gracias!!!!!!!!!

miércoles, 14 de octubre de 2009

Es una aventura!



Fin de semana largo. Campamento en el Tigre. Sin carpas, en “dormis” (especie de cabañitas). Lluvia, mucha, muchísima. Inundación. Chicos. Sueño. Risas. Mal humor.
Primera noche. Faltaba una más. Pero a esa altura parecía que no iba a ver otra.
Hasta acá parecen todas palabras sueltas, sin conexión. Pero así fue nuestro fin de semana largo en familia.
Partimos el sábado a la mañana con bolsos, bolsitas, abrigos, y más bolsos que hacían explotar los baúles. Sabíamos que iba a llover, todos los pronósticos lo habían anunciado, pero aun así, decidimos emprender el viaje. Los nenes estaban ansiosos de vivir la experiencia del campamento, a pesar de que no íbamos en carpa.
Llegamos y el lugar invitaba a lo que podríamos llamar “rascaje a cuatro manos”. Mucho verde, glorietas, pileta, quincho, parrillas, canchas de distintos tipos y puentecitos. La bienvenida fue cálida, incluso nos causó gracia escuchar que esa noche iba a llover “todo lo que llueve en un mes”. Ja ja ja! Vamos a salir en canoa! Ja ja ja! Llamaremos a Defensa Civil para que nos auxilie. Ja ja ja! Qué gracioso.
El día transcurrió precioso, comimos, jugamos, los chicos chivatearon a más no poder y hasta vimos el primer tiempo del partido Argentina-Perú en el buffet del lugar (el segundo no porque cerraron! Se ve que mucha onda no tenían).
Una parte del grupo eligió salir del complejo en busca de un lugar donde poder ver el segundo tiempo, y el resto, nos quedamos en el quincho, preparando la cena.
De repente, comenzamos a escuchar un sonido de lluvia que al principio era casi imperceptible, pero que luego comenzó a ser ensordecedor. Era un diluvio, cada vez más fuerte. Mientras los grandes nos preocupábamos por si se estarían inundando nuestras casitas temporales, los nenes chapoteaban al grito de “es una aventura”!!!!!!. Y claro que lo era. Toda una aventura. Pero nuestros espíritus estaban turbados por el agua y en ese momento, no podíamos darnos cuenta.
Cuando el resto del contingente llegó feliz por la victoria argentina, dos de los hombres ahí presentes decidieron ir a chequear si íbamos a poder dormir o si nuestros bolsos estarían flotando cual pato en la laguna.
Nos trajeron dos noticias, una buena y una mala. La mala primero, dijimos todos. Está todo inundado. La buena. Menos los “dormis”. Perfecto, dije yo. Si los dormis están secos, no hay de qué preocuparse, a pesar de que para llegar a ellos tendríamos que mojarnos hasta arriba de los tobillos. Así fue como me dirigí con Larita dormida en brazos y mi mamá tapándonos con un paraguas a mi “habitación”. No fue nada grave. Adentro era acogedor. Así hicieron todos, menos los hombres que se quedaron jugando hasta la madrugada al poker, para no “mojarse los pies”.
Al otro día, el cielo estallaba de sol, daba pena irse por culpa de una pequeña laguna que se había formado alrededor nuestro. Asi que la solución fue mudarnos a las viviendas que no estaban afectadas por el agua. Y los que dudaban si quedarse o irse, optaron por lo primero. Excelente decisión. El buen tiempo siguió acompañándonos y fue muy divertido compartir esos días con mi mamá, mis hermanos, cuñados y hasta con mi mejor amigo que vino a pasar la tarde. Sólo faltó mi papá, que no pudo venir porque está de viaje.
Al final, mientras cargábamos las cosas en los autos, escuché a mis sobrinitos decir: “estuvo buenísimo el campamento, nos recontra divertimos! Lástima que no pudimos hacer el fogón. A pesar de que lo intentamos, la leña estaba húmeda. Los papeles se prendían fuego, pero la madera no”.
Y yo les dije: no importa chicos, es una buena excusa para volver.

Fer (libre/ como el sol cuando amanece yo soy libre)

jueves, 8 de octubre de 2009

Será/será/será/ como mamá y papá...


A quién sacó ese color de ojos? Porque vos los tenés marrones.
Esa pregunta se repite incansablemente, cual disco de vinilo rayado.
No entiendo por qué la gente se empecina en encontrar parecidos, y cuando no los hay, indagan como si estuviesen haciendo el doctorado en genética.
Y si lo adopté? Y si es un hijo extramatrimonial? Si no es mi hijo? O si, simplemente la criatura tiene ese color de ojos porque el padre los tiene? O el abuelo o quien sea en el árbol de la vida???
Y corrijo! No tengo ojos marrones, son pardos, como los de mi papá (Diego, hermanito, no te rías, mirame bien, ves ahí, en el centro? no ves acaso el verde mezclado con el marrón?).
En mi caso, no se si mi hija tiene ese color de ojos azul mar, por herencia paterna, por la fuerza que hice durante los nueve meses para que los tuviera, o por la concomitancia de ambas situaciones. Lo cierto es que ella es nuestra versión millones de veces mejorada, porque es bella, bellísima (qué otra cosa puede decir una madre de sus hijos?).
Y no, no nos parecemos. Ella es rubia, yo morocha. Ella tiene ojos claros, yo “pardos” (no se rían!). Ella es todo lo linda que una persona puede ser; yo ni tanto. Pero es tan parte mía que con eso nos alcanza y sobra.
El tema reside, en que Argentina es un país hecho de emigrantes, y el hallazgo acá, es no tener descendencia europea. Pero es eso: descendencia, no procedencia. NO SOMOS EUROPEOS. Somos, para bien o para mal, argentinos. Un crisol de razas.
Una madre, tez morocha, estaba con su hijo muy rubio y de ojos claros jugando en la plaza, y una señora que estaban ahí, le dijo, qué lindo nene! Vos sos la chica que lo cuida? WHAT PASS???!!!! Diría Moria, estamos todos locos? porque una cosa es que lo pienses, hasta ahí es un ámbito privado, inevitable. Pero DECIRLO??. Creo que tiene que ver con esta cuestión de seguir pensando que los morochos son menos que los rubios, que los de tez un poco más oscura, son menos que los blancos. Y eso que estamos en el Siglo XXI!
No importa, para ciertas cosas, las sociedades no hemos avanzado ni un segundo en la línea de tiempo.
Ahora si vuelven a hacerme la misma pregunta, ya se qué contestar: y a vos qué te importa?

Fer (United colors of Benetton)*

• No, mejor no, acaso no eran ellos los que se quedaron con unas tierras mapuches??mmm Benetton, Benetton, qué onda? Hacés la gráfica con gente de todos los colores y le usurpás la tierra a los aborígenes?


Fer (la argentinidad al palo)