jueves, 11 de junio de 2009

Llamado a la Solidaridad. Cortito y al pie


Perdí cincuenta pesos. Rompí una copa en un bar. Manché con café mi saco blanco ala. Se enfermó mi hija y mi marido. No encuentro el boleto de tren para volver a mi casa. El cajero automático no me dio el comprobante de un depósito. Pisé caca y casi muero desnucada.
Y hace días que busco al elefante violeta que me está meando desde algún lado y no lo encuentro.
Dicen, que lo único que no tiene solución es la muerte.
La plata, va y viene (ponele); la copa se destrozó en el piso, pero más allá de la vergüenza de las miradas ajenas, no fue tan grave. El saco, se lava (lo lavo), mi hija y mi marido espero que pronto se mejoren (por el bien de todos). El boleto lo sacaré de nuevo. El comprobante de depósito nunca lo reclamaré.
Pero haber estado al borde del deceso me produce cierto escalofrío.
Hay quienes curan el empacho, el mal de ojo, el hígado, las verrugas…no habrá quien cure la mala suerte? Digo, así nomás, de palabra, sin tener que ir a ninguna sesión de videncia. Que lo haga de onda. De buena onda. Porque para mala el cupo ya está limitado.
Ah, disculpen que los moleste, pero por favor, si alguien ve al elefante violeta, avísenme de inmediato. Tengo que hablar con él.

Fer (fush! Fush!)

3 comentarios:

  1. Algunos afirman que pisar una buena porción de mierda es el antídoto para el efecto nocivo de gatos negros o la repetición sistemática de nombres como los de Roberto Maidana, Juan Corazón Ramón, Tormenta y hasta el mismísimo ex presidente Men*m. Claro que si el pisotón deriva en una resbalada desnucadora, no tiene valor como amuleto.
    Estuve averiguando alguna cura de palabra, pero mejor, con tanto chanta dando vuelta, será que vayas a una cura por escrito, que quede todo firmado y certificado, de palabra nada. Corren tiempos en los que a las palabras se las llevó el viento... y encima está fresco pa' corpiño calado.
    Respecto al elefante violeta, no sé si sufriré daltonismo pero creo haber estado recibiendo un constante orinar de un paquidermo medio verdoso. El tema se agravó cuando intenté guarecerme con un paraguas, pero su apertura en un local bajo techo agravó aun más mi mala suerte.
    Lo mejor en estos casos es un buen plato de fideos con pesto. Sí, con mucho ajo, como ilustra tu imagen. Deja un aliento que no se acerca ni el demonio, y a ese señor es mejor tenerlo lejos...

    ResponderBorrar
  2. Nanda: "lo mejor para la mala suerte es un espíritu fuerte" dice mi madre. Crecí escuchando esa frase y la incorporé como verdad irrefutable; tal vez porque me la dijeron en ese momento de la vida en el que creemos a ciegas en nuestros padres, porque ellos no mienten y lo saben todo.
    Ahora, cuando aparecen sucesos continuados como los que comentás, y piso caca o canta un grillo en mi ventana y entonces sé que me voy a quedar sin trabajo, pienso en mi mamá, renuevo el espíritu, lo fortalezco a la vera de los tres deseos que pido cuando pasa un tren y sigo para adelante sabiendo a ciencia cierta que el momento bueno va a llegar, aunque no sea ni hoy ni mañana.
    PD: Muy bueno tu bolg, soy tu fan.
    PD1:Saludos a la licenciada Elízabeth!

    ResponderBorrar
  3. ¿Por qué el elefante es violeta? ¿No será de otro color y fumaste algo que desvirtuó tu vista?Ese dato es importante para encontrarlo y sacarlo de circulación antes que siga orinando maleficios por doquier, si de verdad vos lo viste violeta supongo que ya habrá cambiado de color para despistar a los investigadores que están detrás de él.
    Creo que ya llegó se fue de la Argentina y llegó a Israel donde veo a una vieja que tenía ahorrados 1.000.000 de dólares, los puso debajo de un viejo colchón: y su hijo, le quiso dar una sorpresa, cambió el colchó y los dólares fueron a para a un camión de la basura. Eso sí es mala suerte, pensá que a vos no te pasó

    ResponderBorrar