
Sos mi columna vertebral; que a veces me hace doler, acá, al costado y tengo que estirarme para que pase. Pero me sostiene. Todo el tiempo. Y se alivia con masajes amateurs pero eficaces.
Sos la suma exacta de mis sentidos. El culpable de mis contradicciones y compañero infatigable de mis delirios.
Sos lo obvio y lo impredecible. El mejor de mis caprichos.
Sos el único causante de mi mal humor matutino, cuando amanezco destapada y vos dormido. Pero no puedo reprocharte nada corazón, así se te ve tan lindo.
Sos mi certeza y mi incertidumbre, con vos no le temo al frío.
Sos el egoísmo hecho hombre, cuando comés algo rico sin aviso. Y te descubro en ese último instante, cuando ya no existe un “te convido”.
Sos el padre de mi hija, mi héroe cuando lográs calmarla de un grito. Mi voz no tiene voto, ni autoridad, ni nada parecido. Pasa desapercibida, cómplice total de sus berrinches, sus llantos, su carita de sueño fregándose los ojitos.
Sos honesto, transparente, buen amigo de tus amigos. Perseverante como pocos, gruñón, racional y compresivo.
Gracias por haberme encontrado, porque sé que me buscaste largo rato en tus latidos. Por insistirme, sin cansancio, hasta lograr tu objetivo. Que se convirtió en mi insomnio, cuando ya lo creía todo perdido. Gracias amor de mi vida, por ser mi nido.
Te amo, infinitamente y por siempre.
Fer ( Bebi, para vos)
Sos la suma exacta de mis sentidos. El culpable de mis contradicciones y compañero infatigable de mis delirios.
Sos lo obvio y lo impredecible. El mejor de mis caprichos.
Sos el único causante de mi mal humor matutino, cuando amanezco destapada y vos dormido. Pero no puedo reprocharte nada corazón, así se te ve tan lindo.
Sos mi certeza y mi incertidumbre, con vos no le temo al frío.
Sos el egoísmo hecho hombre, cuando comés algo rico sin aviso. Y te descubro en ese último instante, cuando ya no existe un “te convido”.
Sos el padre de mi hija, mi héroe cuando lográs calmarla de un grito. Mi voz no tiene voto, ni autoridad, ni nada parecido. Pasa desapercibida, cómplice total de sus berrinches, sus llantos, su carita de sueño fregándose los ojitos.
Sos honesto, transparente, buen amigo de tus amigos. Perseverante como pocos, gruñón, racional y compresivo.
Gracias por haberme encontrado, porque sé que me buscaste largo rato en tus latidos. Por insistirme, sin cansancio, hasta lograr tu objetivo. Que se convirtió en mi insomnio, cuando ya lo creía todo perdido. Gracias amor de mi vida, por ser mi nido.
Te amo, infinitamente y por siempre.
Fer ( Bebi, para vos)