
Desde ayer que está con hipo, hip, hip, a cada ratito y mi panza se tambalea, late, se mueve, visiblemente.
Intenté asustarlo, pobrecito, con un buuu! que no tuvo el más mínimo efecto. Tomé dos vasos con agua sin respirar, pero claro, los tomé yo, no él. Por lo que el hipo sigue, desafiando mis pocas alternativas para combatirlo.
Debería haber una manera, pero no la hay. Tendremos que esperar a que se nos pase, cuando Mr. Hipo lo decida.
Matías, sin embargo, está batiéndose a duelo con el susodicho, porque no hace más que moverse, de un lado al otro, usando de espada al cordón umbilical, como si con eso fuera a asustarlo.
Por ahora, el partido continúa así: Mati:0- Mr Hipo 100.
Espero que se revierta esta situación.
Fer (hip!)