martes, 28 de febrero de 2012

Cuatro


Podría decirte que un día como hoy, hace cuatro años, era viernes lluvioso; que subí con vos a cuestas esos escalones para contemplar la luna eclipsada y supe que estabas por llegar.Que escribí dos mails cerca de la una de la mañana para distraer la espera y que tus movimientos dentro mío eran suaves, pero contundentes.Podría contarte, amor mío, que esa noche me acosté esperándote y vos no tardaste en dar aviso rompiendo tu cápsula de vida, decidida como supe luego que serías. Y en lugar de asustarme, una felicidad absoluta invadió mi ser por la inminencia de tu llegada.También podría decirte que me bañé como si nada, que vinieron tus abuelas, que eran las tres de la mañana, que papá estaba muy nervioso, que la partera estaba esperándonos y que yo tenía cuatro centímetros de dilatación.Que entré a la sala de pre parto ansiosa, embatada y que nunca antes había sentido tanta responsabilidad.En sólo dos horas estaba dándote la bienvenida sobre mi pecho, con ganas de que ese momento fuese para siempre.Podría decirte todo eso, hija mía, porque lo recuerdo como si el tiempo no hubiese pasado. Porque te veo hoy, tan grande, verborrágica, ocurrente, hermosa, dulce, loca, chinche, tan Larita, tan hermana mayor, tan mía, que lo primero que me sale es agradecerle a Dios por el regalo de tu vida, y pedirle que siempre te proteja, te guíe, te haga mejor persona día a día y que siempre encuentres un motivo para sonreír.Te amo con toda el alma,Mamá.