“Puedo escribir los versos más tristes esta noche,
Escribir, por ejemplo, la noche está estrellada y tiritan azules los astros a lo lejos”
Así empezaba Pablo Neruda su poema, tan triste. Y aunque no sea devota del rubro, debo confesar que ese, especialmente ese, me gusta mucho. Porque sus líneas cobran vida cuando son leídas.
Yo también podría escribir los versos más tristes esta tarde, pero seguro no me saldrían así de bien. Entonces, a modo de consuelo, escribo lo que escribo, para darme el lujo del desahogo sin lágrimas.
Me entristece saber que la vida toma rumbos que no son los que uno hubiese querido o imaginado, pero es una realidad irrefutable. Sucede.
Me apena saber que la gente que uno imaginaba eterna, de repente se esfuma sin avisar siquiera. Pero ésa es otra realidad tan irrefutable como la anterior.
La gente cambia, cambiamos, todo es parte de un proceso. Y las mitades a veces no coinciden.. No es ninguna novedad.
Ya lo escribió Tomás Eloy Martínez en su libro Santa Evita “Un hombre nunca es igual a sí mismo, se va mezclando con el tiempo, con el espacio, con los humores del día, y los azares lo dibujan de nuevo. Un hombre es lo que es, pero también es, lo que está por ser”.
Yo agradezco haber sido lo que fui, con mis virtudes y miserias, y agradezco haber tenido la oportunidad de conocer la gente que conocí, porque algunos más, otros menos, me han brindado la posibilidad de sentirme parte.
A mis afectos presentes, a los que están lejos, a los que se fueron para siempre, a todos ellos va dedicada esta Crónica.
Gracias por haber estado presente, de una u otra manera.
Fer
Snif, snif...
ResponderBorrarTenes razón, a veces, sólo sucede.
ResponderBorrarPero algunas cosas sí son eternas... yo estoy convencido de eso y apuesto a esa eternidad
Aguante Nanda
No me hagas esto Fer, los antidepresivos salen una fortuna...
ResponderBorrarTe quiero muchísimo
Pablo
Es una realidad que uno no es el mismo de ayer, no solo por el paso del tiempo sino tambien por el paso de la gente. Fuerza!!!
ResponderBorrarLa escencia es siempre la misma, no se cambia por nada de nada. aunque uno quiera modificarla, muy adentro, bien alla, Rivadavia hasta el fondo, uno siempre es el/la mismo/a. todo lo demas son adornos.
ResponderBorrarEl tango debería ser en plural: "¿Dónde estaba Dios cuando se fueron?".
ResponderBorrarMe gustó este texto, aunque siga leyéndote siempre con delay. Un beso.