martes, 31 de marzo de 2009

Duro! Duro!


Nunca le había prestado atención; siempre paso distraída y media dormida por ahí. Pero hoy mi vista se clavó en esa vaca embalsamada con los ojos petrificados, eternamente abiertos y sin vida. Qué espanto! Supuestamente en ese restaurante se come “la mejor carne argentina”, pero no sé en qué habrán estado pensando los estudiosos del marketing cuando decidieron que la manera de atraer a la clientela sería esa.
Verla ahí, paradita arriba de un carro con ruedas, para poder trasladarla de aquí para allá, me pareció desolador y cruel. Me hizo recordar mis años de estudiante, cuando en el desabastecido laboratorio del colegio, nos mostraban algún que otro animalito embalsamado y a mi me representaba algo tan de mal gusto.
Si el Dr. Pedro Ara (quien embalsamó el cuerpo de Evita) leyera esto, seguramente discreparía. Pero no me interesa. Lo que le hicieron a la difunta Eva también fue un horror. Innecesario y morboso.
De haber podido elegir, seguro que no optaba por esa opción. Convertirse en una carcasa vacía de exhibición, donde antes hubo sangre corriendo por las venas, latidos, urgencias y vida. Ni en sus peores pesadillas debe haber imaginado ese fin. Y la impotencia de no poder hacer nada consigo misma. Con ese cuerpo que ya no le pertenecía, que tan de otros lo habían convertido.
Triste fin el de Evita, Shakesperiano, cinematográfico. Pero más real que el hambre en África.
No quiero sonar exagerada, pero me parece una violación post mortem que embalsamen los cuerpos. Humanos o de animales.
Muchos dirán que esto es milenario, que dónde está la novedad. Pero no por eso va a dejar de parecerme una práctica detestable.
No me gusta el ciervito colgando de la pared, donde los cuernos que antes cumplieron la altruista función de defensa, hoy sólo sirvan de perchero.
No al embalsamamiento! No a las alfombras de cueros de animales! No a los tapados de piel no sintética! No al marfil de los pobres elefantes!.
Seamos todos vegetarianos! Digámosle si a la milanesa de soja, al brote de soja, a la leche de soja (soy pequeña productora muchachos, ayúdenme a seguir juntándola en pala!).
En fin, creo que me desvié del camino…de qué hablaba? Ah, si, ya me acordé. Pobre vaquita, terminar así, usada de carnada para estómagos ávidos de un pedazo de carne!!!!!

Fer

sábado, 28 de marzo de 2009

Escolazo!


Miren si seré ingenua (para usar un adjetivo calificativo que me exima) que la primera vez que jugué a algo, le pregunté al empleado del local, como quien da por hecho una situación: cuándo vengo a buscar el premio? Éste me miró desconcertado y yo le repetí: no es sale o sale? bueno, entonces…cuándo vengo a buscar el premio?! El señor fue muy respetuoso, y en tono amable me dijo: bueno, mirá, quizás tengas suerte y lo ganes, pero quizás no, “sale o sale” significa que va a haber un ganador, pero eso no quiere decir que seas vos. Ojo, igual todo puede ser.
Mi papá, muerto de vergüenza, me agarró del brazo y me arrastró hacia afuera, con la certera intención de enterrarme veinte metros bajo tierra. Bueno, perdón, por qué no aclaran? Si sabía que había tan pocas posibilidades de ganar, ni hubiese jugado.
Después de ese incidente, me le animé un par de veces a unos cartoncitos que por un peso ofrecían miles, pero de más está decir que lo máximo que llegue a ganar fue otro cartón (perdedor). Definitivamente, este rubro no va conmigo, o yo no voy con él. Es que soy afortunada en el amor y eso, automáticamente, me convierte en una completa looser en el azar. Cuánta injusticia.
También es cierto que con tan poca noción de la relación que hay entre los sueños y la suerte, es poco probable que alguna vez enganche algo.
De hecho, no sabía que había tantas quinielas; nacional, provincial, del Uruguay, etc, etc, hasta que fui a sacar fotocopias y me encontré con todos los resultados en una pizarra.
Observaron que las personas que entran a esos negocios, tentados por cifras imposibles, tienen cara de estar de trampa en un albergue transitorio, como si uno fuese a pensar que son jugadores compulsivos, a punto de hipotecar lo que sea con tal de pagar sus deudas? Por qué será no? Los habrá, eso seguro, pero también deben estar los que juegan ese día porque cumplió años fulano y seguro que ese número les dará suerte.
Es efectivo el slogan “y si esta vez te toca a vos?”. Asi que, no se enojen, eh? Pero termino acá porque hoy es 28 y cumple años mi hermano, y si sigo escribiendo...me cierra la quiniela!!!!!!!!!

miércoles, 25 de marzo de 2009

Pir O pos


Dejando de lado la falsa modestia, debo admitir que soy merecedora de muchos piropos. A los lindos, siempre los agradezco, a los groseros, los ignoro, a los originales los celebro y si cumplen con la cualidad de ser originales, pero poco decentes, lo festejo para mis adentros, cosa que el emisor no perciba que me gustó.
Lástima que siempre que intento recordarlos, me falla la memoria y nunca puedo reproducirlos tal cual fueron dichos, con la gracia original, con esa picardía que suelen tener.
Pero hubieron dos que me quedaron grabados y he aquí el motivo de esta Crónica.
El primero de ellos lo escuché mientras caminábamos por la Av. Córdoba (no puedo precisarles hacia qué lado, nací sin el sentido de la orientación, una brújula por favor!) mi panza de seis meses y yo, muy campantes las dos, yendo a dormir la siesta (que solía hacer en el horario de almuerzo) a la casa de mi hermana.
Entonces, como les contaba, un señor de unos cuarenta años, me dice: "hermosa, yo me hago cargo de todo!" No fue grosero, por eso no lo ignoré. Lindo…ni tanto, así que no lo agradecí. Creo que fue original y lo celebré como si hubiese estado en la categoría 4: para mis adentros. Estuve tentada de advertirle al muchacho el riesgo que corría haciendo tamaña propuesta. Que tuviese cuidado, porque alguna iba a aceptar y ahí lo quería ver. Haciéndose cargo de hijos ajenos. No mi querido, usted no sabe lo que dice. No tiene idea. Hacerse cargo es realmente engorroso. Diga otra cosa: se te cayó esto! Qué? El papel que te envolvía bombón (cuac!). Pero andar ofreciendo la paternidad como quien dice la hora, no se lo aconsejo.
El otro fue mucho menos riesgoso. Repartidor de una conocida marca de bebida cola él. Jovencito (eso me hace sentir vieja), buen físico. De la cara ni me acuerdo. Pero de lo que me dijo sí: “venite conmigo, que amor y coca no te va a faltar” (lo cual no es poco). No pude evitar la risa, y él tampoco. Vaya uno a saber cuántas veces lo habrá dicho, pero en mí causó un efecto inmediato de carcajada. Me pareció poético, original y lindo. Se había llevado todo los premios.
Esta vez, la tentación era confesarle, sin más, que no me gusta la coca, que casi no tomo gaseosas, salvo alguna que otra excepción, que prefiero el agua mineral sin gas ( con gas, no es soda?). Y que ni loca me iba con él. Pero no. No lo hice. Tan mala no soy. En cambio, continué riéndome media cuadra más; y pensé, que si hubiese hecho un poco más de calor, quizás me hubiese animado a pedirle una coca light chica de regalo.

Fer

martes, 24 de marzo de 2009

A 33 años del Golpe http://zonaliteratura.com.ar/?page_id=895


Institucionalizaron el terror bajo la excusa de “combatir la subversión”.
Legitimaron lo que ya estaba haciendo hace años la Triple A, encabezada por López Rega y tantos otros asesinos.
Mataron sin culpa, porque todo estaba tan cristianamente justificado.
Torturaron sin piedad ni tregua, robaron, mintieron, mataron, secuestraron, se justificaron, algunos hasta se arrepintieron (y no lograron que les crean), cumplieron órdenes, ordenaron, ejecutaron.
Los convirtieron en desaparecidos. Ellos, los convirtieron en desaparecidos. Un término tan gris, tan triste, tan nada. No estar, no existir, no ser, habiendo sido tanto y tan poco a la vez.
Entonces, cómo hacer después de treinta y tres años para avanzar sin ser recurrente. Cómo continuar la vida, después de tanta muerte. Cómo mirar hacia delante, si todavía no se hizo justicia, si todavía siguen durmiendo en paz consigo mismos, teniendo la certeza de haber hecho las cosas bien.
Creo que lo peor es no saber qué pasó. Digo, no saber a ciencia cierta qué pasó, sino imaginarlo. Imaginar lo que sintieron, lo que pensaron, lo que todavía seguía valiendo la pena, mientras los tenían en los centros clandestinos de detención.
Los que lograron escurrirse del calvario, fueron el parámetro de lo que ocurría en el infierno, pero los que jamás volvieron… cómo saberlo. Tantos hijos sin padres, padres sin hijos, abuelos sin hijos ni nietos, tantas personas que quedaron solas, conviviendo con el recuerdo de lo que quedó de ellos, con lo que ahora llaman “memoria”. Imaginando que no murieron, inventándoles un destino mejor del que seguro tuvieron, por el horror de pensar lo que esos asesinos fueron capaces de hacerles. Eternizarlos jóvenes con ideas e ideales tan firmes que se animaron a pensar que un país mejor era posible.
Esa sería una opción, válida, salvadora. Útil para evadirse de tanto dolor, reconfortante. Inventarles otro destino.
Serrat diría “nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”. Eso tiene sentido si situamos al concepto de verdad en contraposición con el de mentira. Pero estas verdades son tan desgarradoramente tristes y sin remedio, que duelen.
El camino que conduce a alivianar la carga es largo, difícil, burocrático, pero necesario. Para quienes su identidad fue cambiada, para los que todavía buscan sin cansancio, para los que necesitamos creer que la justicia los va a alcanzar sin piedad, aunque ya estén viejos y decrépitos, no importa. Pero que no tengan paz, que sepan, que los condenamos para siempre. Que jamás los vamos a perdonar. ASESINOS. TORTURADORES. LADRONES DE BEBÉS. CRIMINALES. No malgasten su maldito tiempo en rezar, ningún Dios puede serles misericordioso. No aleguen obediencia debida, acá no hay punto final. Atentaron contra la vida, eso no lo vamos a olvidar. Nunca más. Nunca más. Nunca Más.

Fer

jueves, 19 de marzo de 2009

Em-pa-la-gás!



Hay gente que empalaga sin necesidad. Que empalaga gratis. Como esas tortas de cumpleaños que comemos de compromiso, porque la hizo Pirulita con tanto esmero, y cómo voy a decir no gracias, estoy llena. Bueno, dame un pedacito, finito. Bien chiquitito.
Esa gente que les decía es mucho peor que una porción de torta; porque hablan y hablan y hablan, todo en diminutivo, tratándonos con palabras tales como: corazoncito, mamita, bomboncito, amorcito. Esperen que me dio una arcada.
Son auténticos enviados de Satán y se disfrazan (o intentan hacerlo) con palabras supuestamente agradables, produciendo el efecto absolutamente opuesto.
Esto sucede, generalmente, en las personas mayores y de sexo femenino.
Y particularmente en la señora que atiende la mercería de mi barrio. Fui pocas veces, habrán sido tres, y me parece demasiado. Pero el precio de comprar un simple cierre, un hilo o un botón, era excesivamente caro, no por el valor de esas nimiedades, sino por tener que soportarla.
El señor que estaba al lado, parecía ser el marido. O un compañero de muchos años de trabajo. Me di cuenta por la cara de resignación que tenía. Era…cómo decirles… vieron cuando algo ya no tiene remedio? Como cuando no hay nada más por hacer? Bueno, esa era la cara. Lo compadecí.
Yo sólo había estado cinco, seis minutos y me había parecido una eternidad; imagino que a ese pobre hombre los años ahí dentro, en ese local de dos por dos, se le debían multiplicar infinidad de veces.
Algo más, dulce? No, eso sólo. Cuánto es? Dos pesitos con cincuenta, mi vida.
Estuve a punto de decirle que yo no era “su vida”, pero me contuve. Aquí tiene. Justo. Ah, mi corazoncito! Gracias por el cambio. De nada.
Y me fui decidida a no volver nunca más. Aunque me quede de paso. Aunque sea la última mercería abierta en el mundo. Nunca más.



Aclaración: Los diminutivos sólo están permitidos en el siguiente caso y sin excepción:

Ø Cuando le hablamos a los bebés (nadie puede evitarlo), sin caer en el exceso.
Hay gente que empalaga sin necesidad. Que empalaga gratis. Como esas tortas de cumpleaños que comemos de compromiso, porque la hizo Pirulita con tanto esmero, y cómo voy a decir no gracias, estoy llena. Bueno, dame un pedacito, finito. Bien chiquitito.
Esa gente que les decía es mucho peor que una porción de torta; porque hablan y hablan y hablan, todo en diminutivo, tratándonos con palabras tales como: corazoncito, mamita, bomboncito, amorcito. Esperen que me dio una arcada.
Son auténticos enviados de Satán y se disfrazan (o intentan hacerlo) con palabras supuestamente agradables, produciendo el efecto absolutamente opuesto.
Esto sucede, generalmente, en las personas mayores y de sexo femenino.
Y particularmente en la señora que atiende la mercería de mi barrio. Fui pocas veces, habrán sido tres, y me parece demasiado. Pero el precio de comprar un simple cierre, un hilo o un botón, era excesivamente caro, no por el valor de esas nimiedades, sino por tener que soportarla.
El señor que estaba al lado, parecía ser el marido. O un compañero de muchos años de trabajo. Me di cuenta por la cara de resignación que tenía. Era…cómo decirles… vieron cuando algo ya no tiene remedio? Como cuando no hay nada más por hacer? Bueno, esa era la cara. Lo compadecí.
Yo sólo había estado cinco, seis minutos y me había parecido una eternidad; imagino que a ese pobre hombre los años ahí dentro, en ese local de dos por dos, se le debían multiplicar infinidad de veces.
Algo más, dulce? No, eso sólo. Cuánto es? Dos pesitos con cincuenta, mi vida.
Estuve a punto de decirle que yo no era “su vida”, pero me contuve. Aquí tiene. Justo. Ah, mi corazoncito! Gracias por el cambio. De nada.
Y me fui decidida a no volver nunca más. Aunque me quede de paso. Y me pregunto… hay necesidad?




Aclaración: Los diminutivos sólo están permitidos en el siguiente caso y sin excepción:

Ø Cuando le hablamos a los bebés (nadie puede evitarlo), sin caer en el exceso.



empalagar

tr. Causar hastío o hartura una comida, principalmente si es muy dulce. También prnl. o intr.: la miel empalaga.
Fastidiar, molestar: es tan cariñoso que empalaga. (ahi situamos a los indeseables)

martes, 17 de marzo de 2009

...Y fue feliz!


No era la primera vez que lo ilusionaban en vano. Debe haber sido por eso, que él la esperó como quien espera un café en un bar. Con ganas, pero sin ansias. Tranquilo.
Ella llegó a las 18 hs en punto, de blanco, recién peinada, espumosa y feliz. No se conocían, pero se gustaron al instante y comenzaron a olerse y lamerse, despreocupados de las miradas ajenas.
Yo jamás había presenciado tal escenario. No sabía cómo funcionaba. Qué hacer o qué no hacer.
Y a pesar de qué él tampoco nunca había estado en una situación igual, parecía tener bien claro cómo actuar. Todo es cuestión de instinto, confirmé.
Ella, más experimentada, lo guió con una delicadeza digna de una dama. Lo sedujo y se dejó llevar por ese inexperto que le estaba poniendo tanta, pero tanta voluntad.
Y fue así como al rato, estaban los dos, retozando, salvajes y totalmente en su mundo. Yo los espié un par de veces, obediente, pero tenía miedo de interrumpir tanta magia. Tanta espontaneidad.
Ellos parecían no enterarse, absortos en amarse.
Todo tan tierno que casi casi, se me pianta un lagrimón. Pero haciendo cálculos, se me dibujó una sonrisa.
Mollo debutó señores!!!! Y si fue tan semental como se lo vió, de acá a tres meses, un hermoso canichito será puesto a la venta!!!!!
Bueno, si, perdón por sonar tan comercial. Ustedes bien saben que no soy así, pero frente a la negativa de poder quedármelo… qué voy a hacer sino convertirlo en ochocientos lindos pesitos?
Eso sí, si mi sobrinita lo quiere, para ella va de regalo.

Fer (save the planet)

jueves, 12 de marzo de 2009

Dolió


Hay algo más triste que ver a quien fuera una célebre figura ochentosa para toda una generación, convertido en la imagen de un horno eléctrico de TeVe Compras? Definitivamente no.
Tuve que refregarme los ojos y volver a mirar detenidamente para constatar que no fuera una ilusión óptica por las horas frente al monitor, y para mi estupor no había margen de error. Era el mismísimo Mario Baracus!!!! Cómo puede ser???!!!!!!!!!!! Verlo ahí, sin sus collares, sin su camioneta, totalmente desprotegido en esa caja, me dio mucha pena. Y bronca. Porque yo tenía otro recuerdo. Lo había eternizado como Mr. T, fuerte, joven, negro carbón, con el cargador lleno de balas rodeando su cuerpo. Imponente.
Y ahora, mírenlo…con cara de viejo bueno, haciéndose el chef. Qué voy a hacer yo con mis recuerdos que fueron desplazados por esta realidad aterradora? JAMÁS imaginé a Mario Baracus cocinero! Usando delantal, en lugar de quinientas ametralladoras que hacían volar todo, pero que ni los malos morían.
Mario, Mario…qué habrás hecho para terminar así? Eh, picarón?
Sí, entiendo que la fama es efímera, que la vida sigue su cauce y hay que comer… y que eso debe ser mejor que nada, pero había necesidad de exponerse a tanto?
Bueno, está bien, te perdono. Por los buenos momentos. Por la cresta eterna. Por soportar tanto peso en el cuello. Y Sólo por esta vez.

Fer (melancólica)

martes, 10 de marzo de 2009

La alimentación en los niños rebeldes

Abran Paso!


Soñé toda la noche que rendía mal, que no sabía ni una señal, que me bochaban. Me desperté aliviada de que haya sido sólo un sueño. Y fui decidida y con paso firme a cumplir con mi primera meta de este año.
Llegué y todavía no había amanecido, pero ya había una persona en la fila. Esperé a que el reloj marcara las 7.30 y nada… a las 7.40 abrieron las puertas y arremetí con todo. Me dieron el Nº1 (el Señor que me antecedía había ido por otro trámite) y me dijeron que de la oficina 5 iban a llamarme por mi apellido. Y así fue… Garcíaaaaaaaaaaaaa! Acá estoy, acá estoy (pareciera que el hecho de ser municipales los obligara a hablar en tono elevado). Primera vez? Sí, sí. D.N.I.? aquí tiene. Perfecto. Ahora vaya al primer piso a pagar el sellado.
Llego a la ventanilla y una señora con más cara de dormida que yo, me dice son $22, y aclara, dos pesos más que en el Banco (¿?). Primer currito de la Municipalidad de Vicente López.
De ahí me mandaron a sacarme la foto. $8 pesitos las tres, no está tan mal. Más teniendo en cuenta que eso va a parar a la Asociación Argentina para la Investigación y Asistencia de la persona con Autismo. Todo sea por la causa.
Ya iban sumando 30 redondo. Y no habían pasado ni 10 minutos.
Vuelvo a la oficina 5 y me manda a la 2. Examen de vista. Me di cuenta de que no veo tan bien como pensaba, pero quizás haya tenido los sentidos colapsados por los nervios. De ahí a Caja. La oficina de enfrente. Son cincuenta pesos. Le doy cien. No tengo cambio me dice. Puse cara de fastidio, haciéndole saber que deberían prever el tema del cambio y le entrego dos billetes de veinte y uno de diez. Sella una hoja y me la entrega. En la oficina 6 te van a llamar. Ya sumaban 80. Siempre redondo. Sin decimales.
Esperé un rato y una chica me hace seña. Voy y me entrega una hoja con15 preguntas. Todas con el modo múltiple choice, o en criollo, opciones múltiples. Respondo todo con una seguridad que hasta a mi me asombró. Entrego la hoja. Quince sobre quince. Ahora esperá que te van a llamar para el examen práctico. Ahí ya estaba jugadísima. Tenía que hacerlo bien. Era una cuestión de honor.
Por ser la primera, me llaman a mí antes que al resto. Voy. Me siento en el auto de la Academia, y me temblaba el pie en el embrague. El instructor me hace una seña y avanzo. En dos mágicas maniobras lo estacioné derechito, impoluto, dentro de las líneas amarillas como me habían dicho. Increíble. Ya faltaba menos.
Al segundo, se sienta otro instructor en el asiento del acompañante y me dice doblá en la esquina. Le cuento, para aliviar tensiones que el pie me estaba temblando y se rió con cierta complicidad. Lo llevé a dar una linda vuelta manzana, y cuando volvimos arrimé el bólido al cordón y escuché la frase milagrosa: García, está aprobada.
Fui a que me entregaran el bendito carnet de conducir, constaté que todos los datos estuvieran correctos y le pagué los cincuenta pesos al muchacho de la academia. Hasta ahora ya iban 130 pesos, sin contar los 80 de la clase del sábado y los cuatrocientos del curso que había hecho el año pasado. Seiscientos diez pesos. Buen negocio el del manejo.
Pero qué es esa suma comparada con la satisfacción de haberlo, al fin, logrado??? Nadaaaaaaaaaaaaaaa Nandaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!
Asi que gente querida de mi corazón, TENGO REGISTRO!!!!!!!!!!!!!! Súbanse que los llevo.

Fer (al volante)

lunes, 9 de marzo de 2009

Cortate la cabeza!


Te puedo hacer una pregunta??? No, yo no trabajo acá, eh? No, ya se, te quiero hacer una pregunta de otro tipo…la miro asombrada, esperando resignada saber qué información podría tener yo que a ella le resultara útil. Y ahí me enteré de que me estaba siguiendo hace unas cuadras y no sabía cómo preguntarme quién me había hecho este corte de pelo!!!!! Es divino, divino! Me encanta! Yo le dije a mi peluquero que me lo haga, pero él no me entiende…me dice que no sabe lo que quiero. Vos cómo le decís a tu peluquero que te corte? Yo la miraba atónita porque no me daba lugar a contestar nada de lo que me estaba preguntando- Esteeee…no sé….le digo que lo quiero corto, redondeado en la nuca…y él hace esto que ves. Vos podrías darme la dirección, el teléfono o el nombre? Porque mirá que yo voy a una peluquería buena, de acá, del centro y me cobra caro, pero no me hace lo que le pido. Sisi, tomá nota. Te paso todo con tal de que me liberes de este interrogatorio. Ay! Muchas gracias! Cómo es tu nombre para que le diga a tu peluquero quién me recomendó?? No, dejá, no te molestes, no creo que se acuerde de mi.
Igual, mirá que mi peluquero no hace milagros eh? O sea, mejorcita vas a quedar, eso seguro, pero no pretendas grandes cambios. Porque no es tu peluquero el problema, el problema sos vos. Es lógico que no te entienda. Sin con el acelere que tenés, es imposible predisponerse a escucharte.
Además, querida, no creo que te quede tan bien como a mí, si esa era tu intención.

Fer (reloaded)

miércoles, 4 de marzo de 2009

La impunidad de las rubias


Durante mi paso por la costa Marplatense, pude observar de todo: gente en rollers, corriendo, en bici, caminando (en este rubro entraría yo); bares llenos, hoteles muy capitalinos con paisaje marino, paradores estilo vidriera, comida muy rica y en abundancia.
Pero nada de todo eso me llamó más la atención que descubrir la relación entre las blondas y su negación a depilarse de la rodilla para arriba. Y no digo esto al azar, porque sí y sin fundamento. No señores. Esto fue un estudio de días y días. Y era casi infalible.
Miren que había panzas estriadas, gordas desprejuiciadas, pocos cuerpos envidiables, mucho adolescente al acecho, pescadores, cornalitos, aguas vivas…pero el tema de las rubias me generó preocupación. Y sin temor a equivocarme me animo a decir que un 90% de ellas entraba en esta categoría de impunidad total y absoluta.
O sea, todo bien con la onda francesa, pero los pelos rubios al sol, son peores que los morochos; porque brillan con una intensidad alarmante. Y si el objetivo era disimularlos, bueno no, todo lo contrario.
Así que blondas queridas, a agarrar la cera negra, la vegetal, la maquinita, la afeitadora o lo que más les guste y chita la boca! A depilarse se ha dicho!

Fer

martes, 3 de marzo de 2009