miércoles, 11 de febrero de 2009

Y con quién y dónde, fue mi niñez


“Tucumán fue siempre para mí el resumen del mundo, no en sentido figurado, sino literal. El mundo, cabía entero en las doscientas manzanas de mi infancia, con todos sus climas, sus paisajes imaginarios, sus desiertos de viento y polvo y sus insectos mitológicos del verano. Yo no conocía otros horizontes, pero tampoco creía que me hicieran falta”
Así comenzaba Tomás Eloy Martínez el prólogo de un libro turístico de la provincia más chica de la Argentina: Tucumán, el Jardín de la República. Y coincido (eso sin tener en cuenta que haya sido gobernada durante años, por un militar cómplice de los peores años de la historia argentina, elegido por el pueblo).
Cuando yo era chica, pensaba que el universo entero se reducía al perfume de los azahares en primavera, a los cerros y a la añorada caña de azúcar. No tenía otros horizontes. No me hacían falta.
Hasta que vinimos a Buenos Aires. Malos Aires para mí en ese entonces. No quería saber nada. Nada de nada. Encima era julio, vacaciones de invierno. Yo tenía seis años y quién quiere a los seis años cambiar de colegio, de amigos y de planeta? Yo no quería. Pero el esfuerzo valía la pena porque íbamos a estar más cerca de mi papá, que viajaba mucho y lejos del puntito donde estábamos nosotros.
Pero extrañar horrores, sin internet, ni mensajes de textos, ni nadie que contestara mis cartas, no fue nada comparado con la burla de los (malditos) niños porteños. Juguemos a la pilladita! Jajajajja!! Pilladita??? Se dice MANCHA! Pillar, es hacer pis. Eh?? A quién se le ocurre? Pillar es agarrar! Y ahí vino la seguidilla de preguntas: y cómo se dice jabón? Y cómo se dice vaso? Tucumán está en Argentina???. Cómo los odié. Soñaba con volver. Aunque eso no iba a suceder nunca.
Por suerte, la memoria selectiva sigue siendo mi aliada; tengo recuerdos tan nítidos de esos primeros años que puedo evocarlos cuando quiera y vienen enseguida, obedientes y silenciosos.
A veces tengo miedo de irme con ellos y no poder regresar, del placer que me produce recordarlos. O temo perderme en el tiempo y no saber si el presente es presente o es pasado. Por eso los llamo con cuidado, tratando de no molestarlos. Para que sigan viniendo.
Y les paso el mechudo cada tanto, haraganeo la nostalgia, ciño el reloj del tiempo y no le canto a la luna porque alumbra y nada más, le canto porque ella sabe de mi largo caminar.

Fer


Diccionario Tucumano- resto del país

Mechudo: acá le dicen “bruja” es como un plumero, pero de tela y que se le pone querosén para limpiar.

Haragán: Secador de piso

Ceñir: ajustar

martes, 10 de febrero de 2009

¿Está bueno Buenos Aires?

“Buenos Aires tiene Playa”. Esperen... JUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
A qué llamará Playa este Señor? A poner un poco de arena arriba del pasto (será la misma arena que se roban los intendentes municipales de la costa argentina y la venden en sus corralones?), una par de sombrillas, otro par de duchas y…todas amarillas!!!!!!!! Ese lugar YA EXISTÍA! A quién quiere engañar? Recuperó algún espacio verde? Hizo saneamiento en el Río de la Plata? Construyó piletas? No, no y no. Lo único que hizo fue hacerles creer a la gente que Buenos Aires tiene Playa! Y que eso es mejor que nada.
Gracias Mauricio, pero prefiero el verde. La arena sucia me da alergia.
A quienes quieran, los invito a leer la Crónica que viene a continuación. Habrá sido una premonición? mmm

Y ganó el Pro nomás…asi que parece que va a estar bueno Buenos Aires, si es que el slogan no era sólo un slogan y si es que las promesas, no eran sólo promesas.
Pero qué Macri ganó? El que, en plena campaña electoral, hablaba de salud, trabajo y educación para todos, o el que hace no mucho tiempo, proponía meter preso a los cartoneros porque roban la basura que es “propiedad privada”? Qué parte de él es la que va a gobernar? Quizás ahora, con el poder encima, ya no tenga necesidad de maquillar sus verdaderos pensamientos, porque ya cumplió su objetivo, y porque las caretas, tarde o temprano, se caen. Se usan en pleno carnaval, tirando serpentina, papel picado y espuma; pero cuando la fiesta pasa, deja su regadera de mugre, caos y miseria. Y otros recogerán los restos.
Decime una cosa Mauricio, cuánto sabés vos de pobreza? Te permitió tu agenda dar una vuelta por la ciudad y encontrarte cara a cara con los que sufren, con los que padecen, con los excluidos de todo sistema político, social y económico, con las víctimas de los infortunios del poder de turno? Pudiste disimular tu cara de aristócrata compungido por la realidad abrumadora? O acaso tus poros delataron el asco de sus olores pestilentes a fuerza de la indigencia?. Seguramente tus labios hayan esbozado algo parecido a una sonrisa y alguna de tus manos se haya estirado a modo de saludo. Pero nada más. Hasta ahí llega tu amor al pueblo.
Cuánto de todo eso realmente te quita el sueño. Dónde termina tu postura de la impostura. En qué rincón de vos se encuentra esta realidad que no es la tuya. No la vas a hallar en los lujos de tu casa, ni en la comodidad de tu cama, ni en el café con medialunas de la mañana, ni en tu auto importado, ni en ninguna parte de tus cajas de seguridad. Ahí no. Ahí no.
Esa otra realidad, esa otra dimensión, te va a encontrar a vos sin darte tiempo a reaccionar siquiera; pero tenés que estar alerta, porque tal vez por las noches, el ruido de los estómagos vacíos suenen más fuerte que la música mil veces expandida en tu home theatre; quizás, las voces griten hasta aturdirte y vas a tener que hacerte cargo. Porque la mayoría te eligió para que los representes. Y van a seguirte de cerca. Tan de cerca que ni lo vas a notar. Se van a mezclar con tu sombra, a confundir entre tus pasos, a mimetizar en tus sueños.
Qué parte de vos va a gobernar. Seguramente sean las dos, y saques a relucir la que más te convenga según la ocasión.
Fer

lunes, 9 de febrero de 2009

Pero mira cómo pega!!!


Polvo en el pelo, en la ropa, en los muebles, en las ventanas. Polvo por todas partes. Es que vieron lo volátil que es, imposible de frenar. Pasa por los lugares menos pensados y ahí se instala, inmune al blem y a los plumeros.
Olor a pintura que se impregna por las fosas nasales, haciendo imposible la respiración. Mucho dolor de cabeza. Constante. Tipo jaqueca. Insoportable.
Y un crisol de razas trabajando.
Con todo esto estoy conviviendo, hace un mes, de lunes a viernes de 9 a 17 hs.
Hay obreros de Perú, de Bolivia y Paraguay. Pero al ser estos últimos mayoría, el idioma que predomina es el guaraní, que suena lindo y acelerado. Pero la impotencia de no entender absolutamente nada me exaspera.
Hablan todo el tiempo y se ríen con unas ganas que contagia. Pero yo estoy completa y absolutamente al margen. Y hasta dudo a veces si seré yo el motivo de tanto jolgorio. Aunque no habría razón alguna para serlo.
Quizás la causa de tanta alegría sea el olor a pegamento, a esmalte y a látex interior. Tiene que ser eso, porque me pasó a mi llegar casi dormida, e inmediatamente luego de traspasar la puerta, sentir una energía poco común en mi persona. Ando como loca escribiendo crónicas que tal vez sean producto de este estado alucinógeno; llego a casa y pongo el lavarropas, riego las plantas, lavo los platos y me quedo planchando hasta las tres de la mañana...no será mucho? Bueno, si, es mucho. Pero mi cuerpo y me mente andan anestesiados por culpa de Sherwin Williams. A ellos parece que el efecto les dura hasta el mediodía, porque después de comer, se hace un silencio absoluto y luego de varios días de no saber a qué se debía ese clima casi de iglesia, pude ser testigo de algo genial: DUERMEN LA SIESTA!!!!!!! Lástima que no fui la única que los vió; tuvieron la desgracia de haber sido descubiertos por mi jefe, quien les paga por hora (y parece que no había pactado esta cláusula). Para apaciguar los ánimos, le comenté que en muchas empresas automotrices de Europa, implementaron este sistema de descanso luego del almuerzo, ya que comprobaron que la mayoría de los accidentes de trabajo, ocurren luego de comer. Y parece que les sale más barato treinta minutitos de contar ovejas, que pagar algún miembro mutilado. Pero mi comentario careció de validez, teniendo en cuenta que sólo estaban pintando, sin necesidad siquiera de subirse a una escalera. Riesgo de accidente: nulo.
No pude hacer nada por ellos, saltaron del piso como resortes y al segundo y medio, todos estaban pincel en mano, dando la vigésimo cuarta mano de pintura a las paredes.
Sin embargo, sí pude leer sus mentes, una por una, en castellano puro, que maldecían que sus sueños hayan sido interrumpidos de esa manera.

Fer

sábado, 7 de febrero de 2009

Kretina Kirchner

A quienes visiten Las Crónicas de Nanda, les aclaro que lo que leerán a continuación, fue escrito cuando la actual Presidenta fue elegida como tal.
La reeleo y creo que amerita un lugar en este Blog.
Considero oportuno invitarlos al comentario, alentarlos a que éste también sea un espacio para Uds. para poder exponer lo que piensan, sin necesidad de develar su identidad (aunque les confieso que muchas veces muero de intriga por saber quienes son).



ELECCIONES 2007

Pese al agobio de los 30º de sensación térmica, agradecí mi panza de 5 meses de embarazo, me olvidé de los dolores de cintura y, venciendo mi timidez, me dirigí con documento en mano al Presidente de mesa, para evitar la cola de 60 personas con apellido “G” de García y de González que esperaban impacientes depositar su voto en la urna. Y mientras los abanicos improvisados iban y venían, enérgicos en mano de sus dueños, las boletas faltaban, la oposición denunciaba irregularidades, y el desorden, a estas alturas, era la gran noticia.
Tremendo caos, tuvo su consecuencia obvia: hubo gente votando hasta las 9 de la noche, los ravioles se enfriaron en los platos, y el recuento de votos fue lento y confuso. Pero en el aire, ya se olía lo que muchas encuestas venían pronosticando: Cristina Kirchner sería la nueva presidenta de los argentinos. La corona cambia de mano, respetando el lindaje real. Todo queda en familia. Y qué más da.
Entonces el panorama quedó asi: Cristina: 43%, Carrió:20.53%, Lavagna: 19.29%, Rodríguez Saá 10.06% y Sobisch 1.65%. Y las minorías bueno…seguirán siendo minorías entonces ni siquiera se registran los porcentajes. Entre las tantas promesas para captar votos, una de las que más me llamó la atención fue la que ofreció el aspirante a intendente por el partido de La Matanza, Samid: su boleta tenía un “vale por $200 en carne para festejar la victoria” impunemente abrochado al margen superior izquierdo. Una vergüenza.
Ya no es sólo por el pancho y la coca, ni por las zapatillas con el nombre del candidato como marca (juro que no estoy inventando); ahora las pobres vacas también forman parte del chantaje y la desidia de un pueblo, con oportunidad de elegir, pero sin las mínimas herramientas para hacerlo. Vaya contradicción.
En esta democracia, votan los muertos, y los vivos no aparecen el los padrones, no hay autoridades de mesa porque no hay ganas para participar de lo que se desconfía, entonces a los que madrugan, esta vez, Dios no los ayudó y se vieron obligados a postergar su obligación y derecho cívico por miedo a quedar enganchados en la telaraña de la escasez.
Asi y todo, la actual primera dama y presidenta de la Nación a partir del 10 de diciembre, festejó con bombos y platillos la victoria obtenida. Ella, que hizo campaña con la plata de todos, la que no tuvo ni un mínimo contacto con el la prensa local en los últimos meses, la que renovó su imagen a fuerza de cirugías y botox, festejó eufórica en un exclusivo hotel en plena Capital. Y de ahí a Olivos, donde no habrá mudanza en los próximos cuatro años. Donde el poder seguirá estando inmune al paso del tiempo.
Yo no la voté, tenía la esperanza de algún cambio…esto de la perpetuidad me da miedo, pero bueno; otra vez la mayoría decidió por todos, así funciona la democracia señores y cada pueblo tiene el gobierno que se merece, dicen.
Espero que haga una buena gestión, que el bien común prevalezca sobre el individual, que tengamos un país más justo y digno, que el abismo entre ricos y pobres no sea tan grande, que haya trabajo, justicia, acceso a la salud, a la educación, y a la vida… no es mucho pedir, pero nos acostumbraron a poco y todo suena a exceso. El destino de millones de argentinos está por entrar, una vez más, en otras manos. Que esta vez, estén al servicio del Pueblo.
Fer

jueves, 5 de febrero de 2009

Restá nena, restá!


(…) Si te doy un peso con cuarenta y necesitás juntar cinco pesos, cuánto te falta? Silencio. A ver…de nuevo, pensá. Si yo te doy un peso con cuarenta y vos necesitas juntar cinco pesos, cuánto te falta?? Qué cuenta tenés que hacer? Más silencio. Bueno, te la hago más fácil, si yo te doy dos pesos, cuánto te tiene que dar la abuela para que llegues a cinco pesos? Tres? Siiii!!!!!!!!!!!!!!!! Tres pesos te tiene que dar. Entonces, a ver ahora…si mamá te da un peso con cuarenta porque no tiene más, cuánto te tiene que dar la abuela para llegar a los cinco? Muda.
Cincuenta patadas en la cabeza te tiene que dar!!! Daban ganas de matarla, se los puedo asegurar. Tenía una necesidad imperiosa de darle la solución para el planteo que su madre con extremada paciencia le estaba haciendo.
Qué cuenta hay que hacer entonces???? UNA RESTA!!!!!!!!!! TENÉS QUE RESTAR! RESTAR! Cinco pesos menos un peso con cuarenta (esperen que agarro la calculadora) te da tres pesos con sesenta centavos!
Yo nunca fui una luz con los números, todo lo contrario, pero les puedo jurar que este animalito de Dios logró sacarme. Y no tenía ni cinco, ni seis, ni siete años… debe haber tenido como diez y no podía hacer una simple resta!
Miren que hay misterios en la vida eh, pero nunca imaginé que para alguien hacer cinco pesos menos un peso con cuarenta, sería uno de ellos.

Fer (hoy estoy mala)

miércoles, 4 de febrero de 2009

Suicidate otro día (por favor)


Dicen que valiente es quien enfrenta la vida, con todas las vicisitudes (esa palabra la aprendí viendo un capítulo de Alf cuando era chica) que eso conlleva. Y quien toma la determinación de suicidarse, se convierte, automáticamente en un cobarde. Yo, tengo mis dudas con respecto a este principio, porque no me sentiría capaz ni siquiera de tomar una tira de mejoradito con el fin de pasar a mejor vida. Hay quienes deben ver en el suicidio, la única alternativa de liberarse de los males que los aquejan, vaya uno a saber el funcionamiento de la mente humana lo que es capaz de hacer.
Conozco una persona que quiso terminar con su calvario, pero parece que no estaba del todo convencida, porque abrió todas las llaves de gas, se tiró en el piso esperando que la parca viniera a buscarla, pero pequeño detalle…todas las ventanas estaban abiertas. Lo único que logró fue llamar la atención de los vecinos quienes acudieron a la empresa proveedora pensando que había una fuga en el barrio. Y el “intento” de suicidio pasó desapercibido.
No es mi intención debatir a cerca del fin que lleva a estos seres a cometer este acto, sino exponer lo que me genera cuando deciden hacerlo en las vías del tren y los días hábiles.
Para los que, como yo, salimos con el tiempo justo de nuestros hogares, calculando exactamente cada minuto desde que suena el despertador hasta que nos vamos, llegar a la estación de tren y que esté demorado porque un suicida se tiró en las vías de la estación Grand Bourg, por dar un ejemplo, no nos genera ninguna compasión.
En otro contexto, juro que lo lamentaría muchísimo, me interiorizaría a cerca de la/s causa/s, preguntaría por sus deudos, hasta quizás se me piante un lagrimón. Pero un LUNES A LAS OCHO DE LA MAÑANA, sólo pienso qué necesidad hay de atrasarme de esa manera el día. Habiendo tantas otras formas de llegar a lo mismo! Y el maquinista? Alguien pensó en ese hombre que tiene que ser testigo sin opción de esa última voluntad, sin poder impedirla? Debe ser terrible.
Pero más terrible es llegar (tarde) al trabajo, poner cara de pócker y mostrar como único justificativo la constancia emitida por la empresa ferroviaria que deja por escrito que el tren que debería haber llegado a las 8.40 llegó, en realidad,a las 9.10 horas.
Si, todo bien, media hora no es nada comparado con un hecho tan trágico, pero el muerto, muerto está. Y yo, qué???????


Fer

martes, 3 de febrero de 2009

Pájaro que comió...


Día: domingo. Lugar: casa. Hora: no la recuerdo con exactitud…8 de la tarde supongamos. Era de día todavía.
Situación: siento que Fede, mi marido, me llama a los gritos: “venía a ver! Vení a ver!” Qué pasó?!!!!! (ese tono de voz siempre me da la sensación de que lo que acontece es algo malo).
Bueno, voy a ver qué pasaba y me encuentro con que estaban todos mirando hacia afuera, más precisamente hacia el balcón (desde la ventana de la cocina). Sin entender todavía, sigo con la vista hacia donde se dirigía la de ellos y me encuentro con algo bellísimo: una cotorrita de plumas turquesa, con el pico amarillo y azul, chiquitita, y tan linda… (hablo en femenino, pero bien podría haber sido lo opuesto). Intento agarrarla y se vuela, pero no muy lejos, intento una vez más y otra, hasta que logro atraparla entre mis manos. Todo muy tierno. Hasta ahí. Porque la muy maldita (para usar un vocabulario correcto) empezó a picotearme los dedos con una tenacidad pocas veces vista; frente a este contexto, mi perro Mollo, un caniche toy negro divino y tremendamente mimoso (por no decir insoportable), corrió a mi rescate conmovido y asustado por mis “aaaaaaaaaaaayyyyyyyy!!!!!!!!!!!!!!, pero temí por la vida de la cotorrita y le dije que se fuera, agradecida por su fidelidad.
Los picotazos se solucionaron con unos cuernitos de grasa que habían sido recién comprados y mis dedos, felices.
De repente un deseo inesperado me envolvió: quería quedármela, guardarla en una jaula (¿??!) y tenerla conmigo para siempre. Hasta yo me sorprendí de esa actitud posesiva, anti ecológica y egoísta. Pero era lo que sentía: si hubiese tenido una tijerita a mano, no hubiese dudado en cortarle las plumas para que la pobrecita no pudiera volar nunca más en su vida (afortunadamente para ella no ocurrió esto último). Fede, escandalizado, me “sugiere” dejarla ir, alegando que quizás sea de la vecina, que seguramente se le escapó. Me dice que le toque la puerta y le pregunte. Ni loca!!!!!!!!!!!!!!!! Esta cotorrita es mía!!!!!!!!!! Mía, mía y mía!!!! Apareció en mi balcón! No tiene ninguna inscripción, nada que indique que tiene dueño! Necesito una jaula!
En los 15 minutos que duró esa escena, yo ya tenía pensado hasta dónde la dejaría para cuando nos fuéramos de vacaciones. Pero la jaula no aparecía.
Me aconsejaron dejarla en el piso, junto con las miguitas hasta conseguir una…me hicieron creer que no se iría, que ahí se quedaría esperando ser privada de su libertad.
No fue así…se quedó hasta que se liquidó cada miga del cuernito de grasa que tan generosamente le di. Y voló, voló.
A la noche, antes de acostarme, lo llamo a mi papá y le cuento lo sucedido. Si, son la cotorritas australianas, me dice. Ah, si? Mirá vos…no pensé que pudiera haber venido de tan lejos. Volverá? No Fernanda, no va a volver. No la esperes. (desagradecida! ojalá haya sido la cena de un lindo gatito).

Fer

lunes, 2 de febrero de 2009

Que los cumplas (In) feliz!!!!!!!!!!


El otro día me sentí muy mal, pero mal de verdad...
Resulta que fuimos a un cumpleaños de la nena de unos amigos, que lo festejaban en un salón.
Apenas entramos, ya supe que ese lugar era lo más parecido al infierno que jamás había visto...gritos, gritos y más gritos, música infantil a todo volumen, animadoras patéticas (pero con mucha voluntad, eh?) con micrófono en mano, madres comiendo como en la última cena, mientras sus hijos se partían la cabeza unos contra otros...caos. Demasiado ruido, diría nuestro amigo Joaquín.
Pero eso no fue todo. Yo creía que estaba en el infierno, pero eso era, apenas, el purgatorio. Faltaban dos horitas para terminar de descender a las llamas del fuego eterno.
En un momento dado, promediando la fiestita, llaman a los gritos, a un desfile de súper héroes y princesas...van todos los nenes corriendo, a disfrazarse. Ok, todo bien, después de todo, a mi también me va a llegar la hora de atravesar este circo, pensé. Pero, en menos de cinco minutos, cinco minutos!!! La batalla campal entre El hombre Araña y Batman, entre Barney y el Power Ranger azul, y entre Ben10 y Superman era una cosa tremenda! Me surgieron una ganas genuinas de exterminarlos a todos!, Cuando ya estaba la situación al borde del colapso,
veo que la animadora, junta a todos, y les dice: nosotros NO SOMOS SUPERHÉROES, estamos DISFRAZADOS DE SUPERHEROES, así que no hay que pegarse, si???? Los pendejos pusieron cara de pocker, le hicieron creer que habían entendido que no eran, sino que hacían que eran y al segundo y medio todo fue como si nada. Piña va, Piña viene.
Pasado este escenario, y con mis ganas de huir que me pedían a gritos que les hiciera caso, comienzo a escuchar las canciones de Patito Feo y veo que las niñas se ponen a bailar las coreografías que más que de nenas de 5 años, parecían los gatos de bailando por un sueño. Por Diooooooosssssss!!!! Por qué???? Qué hice yo para merecer esto???? Y entre baile y baile, empiezo a prestarle atención a la letra: "Nadie pasa de esta esquina, aquí mandan las divinas, porque somos gasolina (¿?!!!), gasolina de verdad! (...) mira una fea, ahí hay otra fea, para ustedes no hay lugar" TRE-MEN-DO! Pero peor, peor de los peores fue lo que pasó MIENTRAS...la que cantaba esta última parte de la canción era una nenita tan fea, pero tan fea, que me daba cosita mirarla! Y la culpa me invadió. Porque lo primero que se me vino a la mente fue: pobrecita mi vida, ella sabrá que no entraría en el bando de las "divinas" que lo que está cantando, en realidad, es en su mismísima contra??!! Tan inocente chiquita!!!! Que ni de eso se da cuenta....
Y haciendo un análisis más profundo, veo que todas querían ser "divinas", aunque eso implique ser mala y trepadora, nadie quería ser "Popular" porque Patito (supuestamente) es fea y looser. Qué mensaje le estamos dando a nuestros hijos!!!!!!!!
Finalmente y para el alivio de mi pobre ser que para esas alturas ya era sólo una piltrafa, llegó la piñata, la torta, repartieron las bolsitas y taza taza, cada unos a su casa. Extenuante.

Cuando llegué a mi hogar dulce hogar, revoleé los zapatos hacia cualquier lado, me despojé de la cartera, el globo y bolsita, un último pensamiento invadió mis sentidos: Qué bueno que Larita tenga recién 11 meses!